Xochicalco

Se trata verdaderamente de un lugar sumamente bello de visitar. Gracias a su elevación se nos permite observar un panorama privilegiado entre los cerros. Precisamente, su nombre es en la lengua náhuatl el "cerro"/"lugar" "de las flores". La colina en la que está construida es de 130 mts., sobre una planicie circundante. Es una gran probada de compleja arquitectura, pues gran parte del cerro fue modificado para la construcción de terrazas que le dan la forma característica de esta zona arqueológica de basamento piramidal. Su distribución se asemeja a otros complejos precolombinos, ubicando plazas y edificios públicos y religiosos al centro, las residencias para personajes más relevantes en zonas elevadas, y alrededor el espacio para las residencias de las personas con menor rango.


Su surgimiento es sugerido ligeramente previo al periodo Epiclásico, del siglo VIII al X d.C., ya que se sugiere una formación posterior a la decadencia de la cultura teotihuacana, que fue a su vez entre un periodo lleno de migraciones de culturas, tanto del norte como del sur de Mesoamérica. Dejando por lo tanto a esta zona con una importante influencia Teotihuacana y Maya.

Un suceso de alta relevancia fue el evento que se dio en el siglo X, al ser esta ciudad incendiada y destruida. Sin embargo, siguió siendo ocupada posterior a ello.

Siguiendo la línea acerca de la arquitectura del lugar, que es un claro reflejo de la cultura que lo habitó, debemos realzar la Pirámide de Quetzalcóatl, con relieve que justamente representa a esta deidad, sugiriendo así a este emblema de su religión como principal motivación de culto de esta ciudad prehispánica.

Observatorio astronómico de Xochicalco. Ubicado en una cueva dentro del complejo.

Estela 2, ubicada en la plaza principal de Xochicalco.