Ubicado en el municipio de Jojutla, se halla un gran lago, el cual cubre con sus aguas a un abandonado pueblo que en su tiempo fue llamado San Juan Tequesquitengo. Hoy en día, dicho lago por completo un lugar para disfrutar de las muchas opciones de turismo que se van encontrando al llegar al lugar. Alrededor, desde las orillas, está el poblado que comparte nombre con el lago.

A mediados del siglo XVII, entre los municipios de Jojutla y Puente de Ixtla, nació un ojo de agua. Entonces los habitantes circundantes fueron arribando y estableciéndose cerca de las orillas; comenzaron a dedicarse a la agricultura, cultivando por ejemplo maíz y ajonjolí, pero resaltando el cultivo de tequesquite (sal mineral utilizada en la cocina desde el México prehispánico y siendo útil hasta la fecha con diferentes usos).

Sin embargo, cuenta la leyenda que fue hasta el siglo XIX cuando los dueños (los hermanos Mosso) de la Hacienda Vista Hermosa, en busca de crecer económicamente, quisieron integrarse a la actividad económica principal del estado en aquel entonces: los sembradíos de caña de azúcar. Se establecieron en la zona antes descrita, viéndose en la necesidad de desviar el agua de riego hacia el valle establecido, logrando por lo tanto que el nivel de agua fuera creciendo y creciendo, y así fue formándose lo que hoy conocemos como el Lago de Tequesquitengo, que cuenta con 14 km de diámetro y 45 metros de profundidad.

¿Es real la leyenda de la formación del Lago de Tequesquitengo?

Por definición, bien se podría decir que por ser leyenda ya tiende a no ser verdadera. Pero es interesante ver por qué no se cree mucho la idea de la formación del lago a partir de las desviaciones de los canales de riego. Primero, se cree muy difícil la posibilidad de que con ello se haya logrado el nivel actual del lago, tanto de su extensión como profundidad, así que debería de haber algo más que respalde el surgimiento de agua, y principalmente el hundimiento del pueblo de San Juan Bautista de Tequesquitengo.

Muchos expertos y simples curiosos se han aventurado a investigar sobre el tema, y actualmente, dejando a un lado la creencia/leyenda de las malévolas intenciones de hundimiento de los hermanos Mosso, la teoría más aceptada y respaldada es aquella que sostiene que todo tiene que ver con un afluente subterráneo:

El 7 de abril de 1845 partes del territorio morelense se vieron afectadas por uno de los sismos más fuertes del siglo en México, entre esos lugares que fueron víctimas estuvo Jojutla. Entonces, se cree que debido a aquel sismo se pudo haber fracturado el acuífero subterráneo y así se fue inundado el valle, que llevaba en él al pueblo de San Juan Bautista de Tequesquitengo. ¿Cuál de las dos teorías es cierta? Es quizás una de esas cuestiones de las que jamás tendremos una respuesta 100% certera.

Las variadas actividades en Tequesquitengo

Si bien se ha mencionado que al ir a Xochitepec uno se encontrará con amplia variedad de bellos jardines, así sucede con Teques solo que, con una amplia de actividades divertidísimas por hacer, y para todos los gustos:

Para relajarse y recibir de una buena atención, hay diferentes opciones de clubes de playa a la orilla del lago, diferentes actividades te pueden ser ofrecidas por estos lugares. Como ejemplos de actividades en general para colocar en tu itinerario están: un reconfortante viaje en bote, la emocionante práctica del esquí acuático, salto de paracaídas o del bungee, practicar rafting, barco-disco por la noche e incluso poder ¡¡hacer buceo para vislumbrar las ruinas sumergidas del viejo pueblo de San Juan Tequesquitengo!!

No todo es adrenalina en Teques…

Aquí igual es posible y altamente recomendable encontrar actividades para relajarnos en nuestro periodo libre y de descanso, principalmente por su clima propicio y la promoción de actividades que propicien la tranquilidad: hay diferentes spas por escoger, así como balnearios de aguas termales, por ello hay todo un catálogo de estas actividades como aromaterapias, sesiones de meditación, baños herbales, tratamientos faciales, masajes, etc.

Sin lugar a dudas, ¡Un lugar maravilloso!