Los Fantasmas del Jardín Borda

Esta locación sin lugar a dudas guarda una relevancia altísima dentro de los territorio de Cuernavaca y del estado morelense. Es una propiedad que carga en sí años y años de antigüedad, haciendo que muchas personas distintas, de variadas generaciones, hayan adquirido el papel de residentes de este lugar. Asimismo, un elemento que se ha sumado como habitante de la esencia de la locación en cuestión es la abundancia de relatos, simples anécdotas o enredadas historias que tienen que ver con avistamientos de manifiestos paranormales que se han dado cabida en el extenso terreno de la Casa Borda, que es más que nada reconocida por haber sido la propiedad del emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica.

Resulta fácil de adivinar que la mayoría, sino es que cada una de las historias contadas en torno a este misterio fantasmal van dirigidas a la fuerte creencia de que estos espectros andantes son nada más y nada menos que el emperador y la emperatriz de México en su tiempo. Las descripciones en su conjunto apuntan a imágenes que surgen como claras alusiones a ropajes de la época del Imperio Mexicano, de cierta exquisitez no solo en la vestimenta mencionada sino también en el andar de estos seres vistos; en la forma que recorren los jardín como con cierta melancolía impregnada en sus movimientos hasta más sutiles, y la manera que observan ciertos espacios, como si éstos guardaran especial encanto o memorias de algo ya no existente en su lugar.

Es cierto que el lugar se presa a la abundancia de estas tradiciones orales e imaginativas de un misterio que sobrepasa la propia belleza visible del lugar. Sin duda el encanto de su ambiente es como una marea imparable en su aire... aunque este encanto también sea un encanto lleno de misterio y duda paranormal.